Otra situación de riesgo vital se produce tras una intoxicación.
Los síntomas comprenden respiración acelerada, hipersalivación, jadeo,
arcadas y síntomas neurológicos. Un ejemplo típico es la intoxicación
que sufre el gato cuando se le administra una pipeta destinada para
perros con principios activos que le resultan tóxicos.
Si nuestro gato presenta síntomas como los descritos debemos acudir inmediatamente al veterinario,
a ser posible con el producto que ha causado el daño. El tratamiento
pasa por la administración de fluidoterapia y la medicación adecuada a
la sintomatología o al tóxico.
El pronóstico será reservado y dependerá del tipo de tóxico, la vía de intoxicación y los daños producidos.
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